Hace tiempo hice un vídeo en Facebook donde hablaba del concepto Feminismo emocional para explicaros porque sentía importante trabajar las emociones desd la perspectiva feminista y cuidar nuestras emociones cuando nos sentimos parte del movimiento feminista.
Al compartirlo fui consciente de la necesidad que había por vuestra parte y del interesante en trabajar las emociones desde la perspectiva feminista y del deseo por conocer más de este concepto.
En este artículo voy a ir contándote, paso a paso, cada uno de los espacios que nos permite explorar y ocupar el Feminismo Emocional para recuperarnos a nosotras mismas, nuestros cuerpos e identidades propias y colectivas.
El Feminismo Emocional surge para poner delante el espacio emocional como espacio social y político. ¿Por qué? porque detrás de las carencias sociales y políticas hay carencias emocionales y éstas, nos están acompañando en nuestro día a día personal y en nuestro proceso colectivo de unirnos entre nosotras. Porque nuestras carencias emocionales reflejan como la sociedad y las políticas nos dan silenciado y nos han limitado la posibilidad de vernos de una manera abundante, darnos valor por ser, por lo que somos y por lo que ofrecemos como personas. Y sobretodo, porque las carencias emocionales están haciendo de nuestro proceso de conciencia personal una tarea más compleja y hostil.
Feminismo Emocional es para mí esencialmente recuperar nuestra salud emocional, hacer de nuestras emociones un espacio amoroso, libre y autogestionado. Feminismo emocional es sacar todo ese poder que está dentro de cada una y usar todas esas herramientas que tenemos, que aprendemos y que seguiremos trabajando para ayudarnos a nosotras mismas y de manera colectiva. Feminismo emocional es dejarnos sentir en la vulnerabilidad, pedir ayuda, dejarnos ser en el no poder… con la conciencia y confianza puesta en que ese proceso porque ese proceso nos permite coger la fuerza y energía que tenemos dentro.
Por todas estas y más razones hoy quiero contarte algunos aspectos emocionales que podemos revisar y darnos espacio a vernos, son aspectos que he visto en mí, en las mujeres que acompaño, en amigas… y son aspecto que además siento que nos han sido negados, de una forma más o menos sutil, para limitarnos nuestro poder y valor en la sociedad patriarcal.
En este artículo voy a ir contándote, paso a paso, cada uno de los espacios que nos permite explorar y ocupar el Feminismo Emocional para recuperarnos a nosotras mismas, nuestro cuerpo e identidad propia y colectiva.
El primer espacio es EXPRESARTE, expresar libremente lo que sientes y como te sientes sin sentirte juzgada por ti ni por quienes están escuchando. Para mí este es un escalón esencial porque sin soltar, sin espacio donde respirar y expresarte, es difícil sentirte parte del colectivo y entender el concepto de SORORIDAD como solidaridad feminista en sí.
El segundo espacio es DARTE EL PERMISO, el permiso a dejar salir lo que te duele en tu conciencia crítica y date el permiso a NO PODER CON TODO. Cuando exploramos los feminismos nos damos cuenta de las removedoras historias que hay detrás y se abren heridas que antes no eras conscientes y ahora ves y esto da mucha rabia y tristeza, date permiso a sentirla y vivirla porque en ese verte vulnerable también estás conociendo tus limites para cuidarte y e otro momento podrás ponerlos antes y tenerlos más presentes.
El tercer espacio es el JUICIO Y LA EXIGENCIA a ti y el juicio al colectivo, a las compañeras feministas. Aquí hay para mi gusto «un poco de lío» porque muchas veces vivimos una confusión entre opinar diferente e invalidar otras formas y maneras de estar. Es interesante ver que todas estamos en el camino de la conciencia y que todas estamos repletas de INCOHERENCIAS, y que en este proceso nos vamos acompañando y asumiendo cada una hasta donde podemos y sabemos porque al fin y al cabo, cada una estamos solas con nuestra historia y transitarla es complejo.
El cuarto espacio es la INCOHERENCIA, estamos repletas de incoherencias que iremos desmontando a lo largo de nuestro proceso, algunas nos acompañarán durante mucho tiempo y otras nos acompañarán toda la vida. Asúmelo, no somos ni seremos, totalmente coherentes. Esto te dará mucha libertad a la hora de aceptarte y aceptar a las compañeras.
El cuarto espacio es LUCHAR SIN DESGASTARTE, cuando estamos en la lucha y la consciencia nos sentimos agotadas emocional y físicamente. Date espacios para reposar todo lo que se remueve y diversificar porque cuando la vida gira alrededor de una causa social es agotador. Diversificar no es dejar de mirar, sino vivir la vida también desde el disfrute.
El quinto y sexto espacio son para mí los más profundos, se trata de SANAR LAS HERIDAS Y VALORARTE, darle un espacio a abrir las heridas, ponerles cara y ver el peso de ellas. Porque aunque resulte doloroso las heridas te están acompañando en tu día a día, en tu lucha y te impiden que te des ese permiso a actuar, a defender, a sentirte viva y plena en esa lucha. La realidad es que esas heridas, esas cargas y dolencias, nos están impidiendo ser todo lo poderosas y potentes que somos. Es más, esas heridas están haciendo que transitar cada espacio implique un campo de batalla y que en muchas ocasiones, ni siquiera sientas haber transitado como te gustaría. Sanar las heridas, dejarte acompañar en esto te permite acogerte, abrazarte y sentirte feliz y libre siendo quien eres. Y ahí, siendo quien eres es donde puede valorarte por ser, no por lo que ofreces, aportas o haces, porque el valor esencial se consigue valorándote no validándote.
¿Te resuena? Pues de todas estas cosas va el feminismo emocional, de expresarnos, acompañarnos y darnos el permiso de explorar nuestras heridas emocionales para hacer de el espacio emocional un lugar donde revolucionar y cambiar el mundo, para sentirnos cómodas y satisfechas siendo nosotras mismas, tomando decisiones que nos permitan cuidarnos.
Deseo este texto te sirva para repensarte y seguir recuperando tus espacios propios. Si quieres puedes compartir en comentarios lo que te resuena.
¿Te interesa? Solicita tu sesión de descubrimiento REConectarte: https://cuerpoemociones.com/servicios/reconectarte/
Un abrazo, Carmen Pérez